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OTRA
DISCRIMINACIÓN MÁS
Y VAN...
¿Quién de entre nosotros
no ha pasado situaciones de este tenor? Tantas veces sobre el
cuero curtido de nuestras existencias cae el roce de las
espinas en el camino, que uno casi podría ser indiferente.
Pero, en ocasiones, se siente borbotear la bronca adolescente
de no aceptar injusticias. Y nunca es tarde para despuntar el
vicio de la polémica, después de todo.
¿Cuál es el asunto,
hoy?. Sobre el cierre de mi visita a la República Oriental del
Uruguay, se me sugirió contactar a los responsables del
afamado Hotel Conrad, de Punta del Este,
donde todos los miércoles se realiza algo así como un "té
literario". En una oferta promocional —pague U$S 12 y
lleve a su amiga— y en el ámbito del salón "Veleros" del
exclusivo hotel, distintos escritores tienen ocasión de hablar
sobre sus creaciones y disponerlas al alcance del
público.
Bien, en ese entonces,
nuestra amiga, la
prof Mariela Dos Santos,
contactó telefónicamente a la señorita
Carolina
Brause de la citada empresa, proponiéndole
la presentación de mi último libro;
"OVNIs
SOBRE LAS TORRES GEMELAS". La
respuesta
no solamente fue positiva, sino que
también se ofreció provisoriamente una fecha: 10 de
octubre. Y hacia allá íbamos. Formal, Mariela
envía un mail donde se detalla en profundidad las
características del libro y, sorpresivamente, recibe este
email:
----- Original Message -----
From:
Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent: Monday,
July 16, 2007 4:16 PM
Subject: RE: CAROLINA BRAUSE ES
MARIELA DOS SANTOS
Mariela:
Gracias por la
presentación.
Antes de confirmar la fecha, quisiera saber
el título que plantea el Sr. Fernández,
PORQUE NO
ESTARIAMOS PRESENTANDO CHARLAS REFERENTES A
OVNIS.
gracias
carolina
Es decir: del "no
hay problema" al mejor estilo Alf, al "no hay
problema con ningún tema, excepto ovnis". Mariela
vuelve a hablar telefónicamente —ante el desconcertante email—
y la Srta. Carolina Brause le aclara muy amablemente
que: El Hotel tiene por norma no hablar de
Ovnis, ni de Parapsicología ni nada acerca de "esos temas"
(¿?), pero que se proponga otro título para esa charla,
porque así presentado no sería viable...
Tengo algunas preguntas:
¿qué problema tiene el Conrad con los ovnis? ¿Cuál es, quién
redactó, dónde figura específicamente esa norma? Vinculado al
urticante tema del WTC, ¿será un dato menor que el Conrad
responda a capitales norteamericanos? ¿Acaso esto no es
discriminación? Porque no se trata aquí de rechazar al
disertante por sus antecedentes o la falta de ellos, sino, de
la noche a la mañana, las señoras de desahogada posición
económica que consumen en el Conrad no pueden/deben escuchar
sobre naves extraterrestres y esas lindezas.
Mariela y otra amiga,
Gloria Libertad, me convencen de modificar el temario,
apuntando a algo más a mano con la cotidianeidad de los
intereses de ese infuso público y que forme parte de mis
actividades cotidianas. Así que escribe:
-----Mensaje original-----
De:
Mariela Dos Santos
Enviado el: jueves, 19 de julio de
2007 13:35
Para: Carolina Brause
Asunto: TEMÁTICA DE
CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
Estimada Carolina Brause,
Estuve hablando con Gustavo Fernández,
sobre la temática de su charla, -luego de su gira en
Argentina, aunque ahora está en otro Congreso-, y propuso
este título:
"ADP, AUTODEFENSA PSÍQUICA COMO
AUTOAYUDA EN LA VIDA COTIDIANA"
Te agradecería que se siga pudiendo
mantener la fecha hablada del 10 de octubre del
corriente,
cordialmente,
Prof.Mariela Dos Santos
Con una velocidad digna
de mejores causas, la amable Carolina responde:
----- Original Message -----
From: Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent:
Thursday, July 19, 2007 2:40 PM
Subject: RE: TEMÁTICA DE
CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
estimada Sra. Dos Santos:
Voy a sondear con nuestro público -
objetivo, el interés por una charla del sr. Gustavo
Fernández, antes de confirmar o no, el 10 de
octubre.
Nosotros tenemos un grupo de opinión, un
pequeño grupo que nos va orientando hacia lo que es su
interés, o expectativa en cuanto a oradores de veleros,
siendo que, como dicen, el cliente siempre tiene razón, y
les damos una idea de temas y oradores, para que nos den su
opinión.
Luego de esta pesquisa, estaría
contestando su mail.
Gracias,
Carolina
Es decir, la progresión
ahora toma este nuevo rumbo: De "no hay problema, la fecha
es el 10 de octubre" a "siempre que no sean ovnis,
hablemos de otra cosa y mantenemos la fecha", a
"tenemos que consultar con el 'público-objetivo' "
(¿?).
Nuestra amiga, muy
educada, acusa recibo:
----- Original Message -----
From:
Mariela Dos Santos
To: Carolina Brause
Sent:
Thursday, July 19, 2007 4:59 PM
Subject: Re: TEMÁTICA DE
CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
Gracias Carolina,
quedo a la espera
de opinión,
desde ya muchas gracias,
Mariela Dos
Santos.-
Y cinco días después, la
respuesta:
----- Original Message -----
From:
Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent: Tuesday,
July 24, 2007 11:42 AM
Subject: RE: TEMÁTICA DE CHARLAS,
MARIELA DOS SANTOS.-
Estimada Sra. Dos Santos.
Hemos
recibido respuesta a nuestra pesquisa con una muestra de
nuestro público-objetivo, y nos orientaron su interés y
expectativa hacia temas más estéticos, por decir de alguna
manera. En este sentido, estaremos convocando cosmetólogas,
cuidado de la piel, maquillaje, drenaje, etc., para
responder a la inquietud de nuestro público.
El tema es
que el espacio VELEROS es un salón de té en el que se
presenta una charla casual, no es un debate ni disertación,
por eso tenemos que prestar especial cuidado hacia donde nos
orienta nuestro público.
Fue con este criterio que
desestimamos este año la música clásica de los jueves, en
favor de bingo (a pedido de ellos).
En este sentido, es
que no tendríamos en el espacio Veleros, una charla
del Dr. Fernández.
Gracias por su atención y quedamos en
contacto.
Saludos,
Carolina Brause
En otra bizarra vuelta
de tuerca la idea que en un primer momento parecía tan
aceptable queda constreñida a un frívolo debate sobre afeites,
cremas y lociones varias. Manejo unos cuantos temas pero, qué
quieren que les diga, éste no es uno de ellos.
Nuestro Administrador,
"Quique" Marzo, acercó una obviedad: ¿Por qué no salen a la
calle y le preguntan a cualquiera si los temas paranormales no
resultarían de interés? Y yo acoto: ¿será porque la "gente de
la calle" no toma té en el Conrad? Y, lo que es más
importante: ¿por qué ese golpe de timón, aun más,
dos veces?
¿Cómo, no era que el
Conrad no aceptaba contenidos vinculados a Ovnis ni
Parapsicología? Me queda claro: esta protesta le hará menos al
Conrad que el roce del pétalo de una rosa. Así que
comenzaré a practicar con una honda...
¿Qué
le hace una mancha más al
tigre?
¡PARE
DE SUFRIR! ¡LLAME YA!
Si como
muestra basta un botón... esto es palmario. En distintos
países latinoamericanos —muy
especialmente en Argentina— sufrimos
desde hace un tiempito la invasión de un grupo neo pentecostal
de origen brasileño conocido como Iglesia Universal del
Reino de Dios (también, “Iglesia Universal del Señor”). Ha
copado espacios masivos en la TV de trasnoche, adquirido
radios y salas de cine abandonadas en distintas ciudades del
interior, augurando sombrías nubes cuando la cultura cede su
lugar al fanatismo seudo religioso. Porque si bien nadie
estará en contra de la mayor libertad de cultos, observar a
bien vestidos “obispos” que en portuñol básico nos invitan a
cubrirnos “con el manto de la piedad” (y no es una metáfora:
¡tendrían que ver ustedes a unos doscientos ingenuos tapados
con una gran tela roja! No quiero insinuar las bromas procaces
que se me sugirieron al respecto), adquirir el “óleo santo de
Jerusalén”, o “el agua bendita del río Jordán”, ciertamente,
supera el límite de la vergüenza. Así que esto que voy a
mostrar no presupone ningún descubrimiento ultraterreno. Pero
es cosa de no creer, vea.
Barrio
de Almagro. Buenos Aires. Allí está —y es parte del
marketing publicitario de esta “Iglesia”— su gran cede
central. Con aires de Partenón, majestuosa, símbolo preclaro
de la opulencia que supieron conseguir. Pasaba por ahí y,
siempre con mi cámara a cuestas, tomé una fotografía. Porque
sí, nomás. Me llamó la atención un gran edificio, reluciente
en sus vidrios negros, espejados, de unos tres pisos de
altura, con sólido mármol revistiendo su frente a nivel de la
calle. Un kioskero me miraba curioso, así que le pregunté
sobre ese edificio mezcla de oficina de multinacional y
central de inteligencia. Casi con aire de secretismo, me
respondió: “Ah, ahí es donde tienen sus oficinas y sus
computadoras, los pastores de esa Iglesia”. Qué duda cabe
que la computadora es ícono yuppie de poder cuando un
maduro hombre de golosinas y cigarrillos la pone al mismo
estatus que toda una oficina...
Y seguí
caminando unas cuadras hacia el centro de la ciudad. Al llegar
a la esquina, mientras reflexionaba sobre el crecimiento
económico de este grupo, me volví para verlo una vez más. Y
quedé de una pieza.
A ver
cómo andan de la vista. La primera foto es de la iglesia, su
frente y, a la izquierda, el “edificio de oficinas”, recoleto
ashram financiero dicen, de los popes de la secta
donde sólo acceden, claro, los que están más cerca del
Señor.
Fíjense bien
aunque no lo crean: el “edificio de oficinas”... ¡es sólo
un decorado al estilo de los pueblos de las películas del
Far West!
Más
aún...¡el frontispicio de la iglesia es falso, ya que en
realidad el salón tiene sólo la mitad de altura, sobre el cual
se continuó hacia arriba la construcción de una imponente
falsa fachada! Es decir, cualquier cosa con tal de impresionar
giles.
Cosas veredes,
Sancho...
Revolviendo la
biblioteca
¿HOMBRE DE NEGRO O VAMPIRO
EN EL URITORCO?
Extracto
del libro: “Hechos y relatos
fantásticos de Capilla del Monte”, capítulo:
“El extraño incendiario”, por Mario Gustavo Guevara.
Del Prete Editor,
2004.
(Agradecemos
a Mariela Di Tomaso y Miguel Ángel Gómez Pombo, del grupo
"Proyecto
Catent" de Capilla del Monte, la cesión de este
material)
Introducción necesaria:
Este es el relato, sencillo pero vivencial, de un bombero de
la zona. Ilustra el “otro lado” de la fenomenología de Capilla
del Monte. Ustedes opinarán.
Esto
ocurrió en el año 1989 y es una recopilación de los datos que
recogí de mis compañeros. Corría el mes de septiembre y me
encontraba de guardia en la Central de Bomberos, a la cual
pertenecía, cuando recibo la comunicación de los Bomberos de
Cruz del Eje, informándonos que un voraz incendio que habían
estado combatiendo los había superado, ingresando en
jurisdicción de Capilla del Monte. Solicitaban que
implementáramos las medidas necesarias para
combatirlo.
El
incendio tenía un frente de unos 6 kilómetros y avanzando en
sentido norte-sur, empujado por vientos del sector norte, con
ráfagas de 30 a 40 Km por hora, amenazando el casco de una
estancia, lugar donde sucederían los hechos más extraños de mi
carrera como bombero.
Se
dirigieron al lugar dos dotaciones de esta Central, quienes
solicitaron apoyo inmediato, por lo que se convocó personal de
otras localidades, recibiendo también el apoyo del Ejército
Argentino que aportó dos helicópteros Bel 212 H1H y varios
Unimog para el transporte del personal de la “Brigada
Naranja”.
Una vez
transportado todo el personal y emplazada la “base operativa”
en el casco de la estancia, se comenzó con las tareas de
extinción de manera coordinada, lográndose rápidamente el
objetivo fijado.
A media
mañana, luego de sofocada una parte del incendio, se
comenzaron a producir nuevos focos, en la zona que ya había
sido extinguida, demorando el trabajo del personal combatiente
y obligándolo a separarse en grupos. Es justamente uno de
estos grupos, en el cual se encontraban varios de mis
compañeros, el que tomó contacto visual con un sujeto, vestido
íntegramente de negro y de elevada estatura, que provocaba los
reinicios de manera intencional.
Al ver
esto, el jefe de dotación destacó a tres bravos para localizar
y detener al incendiario, mientras el resto continuaba
combatiendo el fuego.
Cuando
el grupo principal se encontraba a unos doscientos metros, los
tres bravos divisaron al sujeto a unos cincuenta metros de su
posición. Eran los bomberos más fornidos del grupo, despojados
de su equipo de combate y armados con machetes de monte, los
que se dirigieron hacia el sujeto dispuestos a cumplir con la
orden impartida, sin imaginar el giro que iban a tomar los
acontecimientos.
Cuando
se encontraban a escasos metros de lo que a simple vista
parecía una persona vestida de negro, con una especie de capa
y un sombrero de ala ancha del mismo color, fueron detectados
por este personaje que inició una veloz carrera a través del
monte, dándose a la fuga en dirección del promontorio cercano
que daba hacia un arroyo. Los tres bravos lanzados en franca
persecución, se vieron superados en velocidad y agilidad,
que, dicho por ellos mismos, no eran normales.
La
persecución continuó hasta el promontorio, al cual llegó
primero el sujeto que, dando un prodigioso salto al vacío, se
perdió de vista de sus perseguidores, quienes al llegar al
lugar, se encontraron con una caída vertical de unos ochenta
metros, y divisaron la silueta del sujeto corriendo a toda
velocidad por el curso del arroyo hasta desaparecer en el
interior de una cueva, que había en una de sus
riberas.
Atónitos
por la demostración de agilidad y sin poder entender cómo
había sobrevivido a la caída, el pequeño grupo regresó a
reunirse con el resto, e informar a sus superiores lo
ocurrido. Una vez informados éstos, se comunicaron al
campamento solicitando la presencia del personal militar para
garantizar la seguridad de los combatientes. Las tareas de
extinción continuaron normalmente y no se volvió a advertir la
presencia del extraño incendiario en el resto del día. Con las
primeras sombras de la noche, se abandonaron las tareas y se
produjo el reagrupamiento en la “base operativa”, para cenar y
descansar para el día siguiente. Por supuesto, el comentario
obligado fue el incendiario y esto motivó, por parte de los
superiores, dotar a cada grupo de una escolta
armada.
Luego de
la cena —un suculento guiso de arroz— el personal de esta
Central se reunió con el encargado, un señor de avanzada edad
pero dotado de una vitalidad envidiable, que los recibió
amablemente y les ofreció un vino de la casa. Luego de un rato
de charla, surgió el comentario del sujeto y el encargado les
dijo en un tono muy serio: hay que tener cuidado con
ciertas cosas. Mis compañeros se interesaron y pidieron
conocer todo lo que aquél hombre supiera sobre el asunto; el
encargado asintió, tomó aire, apuró un trago de vino y comenzó
su relato:
“Esto sucedió dos
o tres años atrás, cuando empezaron a aparecer las vacas
muertas en el campo, las vacas parecían estar
desangradas, sin otra herida que un pequeño tajo en el
cogote. Un día, mientras recorría el terreno buscando a
los animales, tomé por una huella que conducía al otro
lado de la quebrada por el filo de una loma, pero al
llegar a la cima el caballo se puso nervioso, negándose
a seguir avanzando. Los perros que me acompañaban
empezaron a gemir lastimosamente y a retroceder, como si
del otro lado hubiera algo con lo que ellos no querían
encontrarse. Me bajé del caballo, tomé la escopeta de
dos caños y subí por el sendero, del otro lado me
encontré con un cuadro inimaginable: una vaca se
encontraba tirada en el suelo pataleando y encima de
ella, un tipo vestido de negro, agazapado sobre el
cuello. Pensé que se trataba de un cuatrero común, le
pegué un grito, en ese momento el sujeto se enderezó y
se dio vuelta”. Otra pausa en el relato, otro sorbo
de vino, y la cara del encargado cambió de
expresión.
“Se lo juro, m’hijo, nunca en mi vida
había visto algo así, no se puede describir la cara del
tipo, un color oscuro, unos ojos amarillo brillantes y
unos dientes afilados en una mueca horrible. Dio un paso
hacia donde yo estaba y a lo único que atiné fue a
apuntarle con la escopeta, lo cual no lo detuvo y
continuó avanzando, así que disparé.
El tiro hubiera
bastado para voltear a un toro, pero al tipo sólo lo
hizo trastabillar por lo que le volví a disparar y esta
vez sí, cayó al suelo, de espaldas, sin un
quejido.
Una
vez recompuesto de la impresión empecé a pensar qué
hacer con el cuerpo, llevarlo al pueblo no podía porque
el caballo se negaba a cargarlo, dejarlo ahí tirado e ir
a avisar a la policía tampoco, porque tenía miedo que
algún animal salvaje se lo llevara y me tomaran por
loco, así que decidí atarlo y arrastrarlo hasta una
cueva al lado de un arroyo.
Una vez
en el lugar, lo enterré dentro de una cueva y tapié la
entrada con piedras, prometiéndome no contarlo a nadie,
nunca. Hasta hoy, que los escuché a ustedes y decidí
romperle silencio para que se anden con cuidado y no
provoquen lo que no debe ser provocado”.
Lo
último que voy a contarles y ustedes decidirán qué hacer
es que hace unos meses encontré otra vaca muerta como
las de antes, entonces me fui a la cueva y la encontré
abierta, con las piedras volteadas de adentro hacia
fuera y la tumba vacía sin tierra, sólo el hueco que yo
había
hecho”.
Un
estremecimiento recorrió a los que escuchaban el relato: ¿qué
misterio rodeaba y encerraba aquél lugar escondido entre las
sierras? El resto
de la noche transcurrió en una tensa vigilia, aumentada por
los sonidos de la naturaleza y el pensamiento alocado de mis
compañeros que les hacía ver y escuchar cosas irreales,
impidiéndoles conciliar el sueño.
Con la
llegada del nuevo día retornó la tranquilidad, incierta, por
lo que podía suceder.
Se
armaron los grupos para terminar el incendio y partieron
todos, con cierto nerviosismo, acompañados por las escoltas
militares, que al ser muchachos jóvenes, se encontraban en las
mismas condiciones que el resto.
Los
helicópteros sobrevolaban la zona transportando personal a los
puntos más distantes y realizando una vigilancia aérea para
informar cualquier novedad.
Como en
el día anterior a media mañana, nuevamente hizo su aparición
el extraño personaje, con la diferencia de que esta vez, todos
los grupos tenían contactos, inclusive los helicópteros lo
veían, sin poder seguir su desplazamiento, ya que se les
perdía de vista en las frondosas quebradas.
Mientras
tanto los grupos lo veían, algunos a la distancia,
observándolos, y otros eran sorprendidos por un paso raudo y a
gran velocidad, entre sus filas, sin dar en ningún momento
oportunidad de actuar a las custodias armadas, desapareciendo
siempre en dirección al arroyo.
Los
bomberos que podían verlo de cerca, se encontraban en un
estado de nerviosismo tal que la mayoría se descompuso,
debiendo ser relevados de sus puestos y evacuados de la zona,
otros simularon accidentes, deshidratación y otras excusas
para ser evacuados. Los contactos seguían produciéndose sin
interrupciones y el desconcierto era general, pero en ningún
momento el personal sufrió agresiones de parte del extraño
sujeto.
No había
ni hay explicación de las apariciones simultáneas y en
distintos puntos y a gran distancia unas de otras.
Promediando la tarde y a pesar de todos los inconvenientes, el
incendio quedó extinguido, realizándose una breve guardia de
cenizas sin registrar ni la presencia del sujeto, ni de nuevos
focos de incendio. Cuando atardecía, todo el personal se
retiró de la zona y mientras las columnas de móviles se
alejaban del casco de la estancia pudieron ver en la cima de
una loma, recortada contra el ocaso, la figura de negro
observando cómo se retiraban de sus dominios.
Ha
pasado mucho tiempo y hemos tenido que volver al lugar un par
de veces a causa de los incendios, pero gracias a Dios, los
sucesos que relaté nunca volvieron a repetirse y tampoco
quisimos investigar, no preguntándole al encargado (que sigue
siendo el mismo y se conserva igual, como si para él el tiempo
no pasara) ni mucho menos llegándonos a la cueva, porque, como
dijo el encargado: “no hay que provocar lo que no debe ser
provocado”.
Piezas de un rompecabezas
esotérico
URUGUAY
METAFÍSICO
En un artículo
anterior[1], centré mi atención en una mística ciudad
uruguaya: Piriápolis. Pero las sorpresas trascendentes
aparecen casi a cada paso en ese territorio.
Ya les
había hablado del rugido. Mío, claro, cuando arrodillado
frente al altar de la iglesia de La Candelaria (y no orando,
precisamente) descubrí la famosa desviación de 52º de mi
brújula. Allí estaba, como en cualquier centro a la par
energético y esotérico (o forzosamente por eso) que se precie
de tal. Uno más de los enigmas de este templo católico,
relativamente reciente pero de arcanos secretos, ubicado en el
extremo más oriental de la paradisíaca meca balnearia de buena
parte del jet set internacional: Punta del
Este.
El autor en Punta del
Este, al fondo a la izquierda. A la derecha, Isla
Gorriti.
Otra de las curiosidades de
Punta del Este.
En este solar residió
durante un año, en condiciones casi inhumanas,
Guillermo Marconi,
por los extraños fenómenos electromagnéticos que se dice
registraba el lugar.
Iglesia de La
Candelaria.
Mi
amigo, el documentalista Jorge Guaraglia, superó
educadamente el sobresalto que le produje y continuó con su
contemplación arrobada del lugar: simple, casi franciscano (el
lugar, no Jorge), exudaba empero más misticismo que otros
sitios de culto, pletóricos de riquezas y siglos. Desde el
frontispicio, la cruz celta (que es el único tipo de
cruz presente por todas partes en esta iglesia)
reverberaba en la penumbra bajo los rayos de un sol que,
afuera, parecía encender la límpida atmósfera marina.
Estábamos relevando otro de los varios enclaves esotéricos de
este país, y aquí habría de encontrar uno de los enigmas
paranormales (o, más bien, “parafísicos”) más
intrigantes.
La cruz celta del
frontispicio de la iglesia.
Recorran
conmigo el lugar. Como en Piriápolis, el ocho es omnipresente.
Todas las pilas de agua bendita, las de pie y las adosadas a
los muros, tienen ocho lados. En el suelo, cerca del
acceso principal, dos cuadrados entrelazados (4 + 4). Tras el
altar, ocho ángeles (seis formados de tres en tres y
dos más que asoman tras la cruz). Luego, según dicen (no
estuve allí para comprobarlo) cada equinoccio de primavera el
sol penetra por la cruz celta sobre la entrada e impacta en
otro rosetón simbólico en el piso, cerca del altar. Es en este
lugar donde el especialista Julio C. Stelardo
recomendaba trabajar la transmutación espiritual, de pie,
realizando un cuenco (grial) con las manos, visualizando en él
la confluencia de energías desde lo Alto y desde dentro de uno
mismo.
Pila de agua
bendita octogonal, de pared.
Pila de agua bendita
octogonal de pie.
Rosetón de cuadrados
entrelazados.
Rosetón frente al
altar.
Obsérvese que evoca una
Rosa de los Vientos, en clara
consonancia
simbólica
con aquella
a la intemperie
a la que nos referiremos
después.
En el frontispicio la cruz
celta.
Bajo él, el rosetón frente
al altar. Lugar de elevación.
Y en
este punto otro dato de suma importancia: la orientación
aproximada de la iglesia mirando hacia el altar es en
dirección Este. Bien, pero, ¿qué tan aproximada? La brújula lo
revela: con una desviación de 52º
[2]. No quiero plagiarme a mí mismo, de modo que
los invito a repasar ese artículo para comprender la
importancia trascendente de este
detalle.
La desviación de la
brújula.
Pero los
misterios continúan fuera de la iglesia. Frente a ésta se
encuentra el tradicional faro de la península. Y junto al
mismo, apenas separada por un muro, una plazoleta. Esta plaza
tiene doce palmeras que inscriben un dodecágono, siendo
la configuración general de aquella otra cruz celta. A tal
punto es así, que los dos senderos enladrillados
perpendiculares no sólo cuentan con otro, trazado en forma
circular, sino que los desconocidos maso... perdón, albañiles,
cuidaron de colocar unos listones que acentúan la continuidad
del círculo no interrumpido por la intersección de aquellos
senderos.
Y en el
centro, una rosa de los vientos. Perfectamente orientada, como
era de esperar. Bien, si tomamos su dirección cardinal desde
el portón de La Candelaria, dicha Rosa se encuentra... a 52
grados.
La Rosa de los
Vientos.
La Candelaria desde la Rosa
de los Vientos.
Detalle del límite del
círculo de la plazoleta.
Gustavo
Fernández, tomando la deriva
cardinal
desde el portón de La
Candelaria.
¿Creyeron que esto era todo?. No se vayan, que ya viene lo
mejor.
Al prospeccionar con mi
péndulo, tres de los cuadrantes de la rosa lo hacen reaccionar
en sentido dextrógiro y uno, levógiro. Ese cuadrante es el que
mira hacia La Candelaria.
Al
colocar mi brújula sobre la circunferencia de material que
orla la Rosa, la aguja se desvía un poco. “Lógico”
—pensé— “son las varillas de hierro que sostienen el
concreto”. Luego, al apoyar el instrumento directamente
sobre la tierra de los cuadrantes (donde hay césped y en uno
de ellos una tupida planta) se desvió aún más. “¿Habrá gran
cantidad de metal enterrado?” —me pregunté. Pero al
colocar la brújula en el centro exacto de la Rosa, donde la
desviación debería haber sido la más pronunciada de todas por
la cantidad de varillas de hierro requeridas para dar forma a
su relieve inclinado, la aguja se alineó perfectamente
con el Norte.
Y
entonces vino lo mejor.
Por
indicación de mi amigo (que ya conocía el fenómeno) me puse de
pie en el centro exacto de la Rosa y comencé a hablar en voz
alta. El eco de mi propia voz me respondió... al absoluto aire
libre. O, más bien, un efecto “cámara”. Asombrado, supuse que
las ondas de aire desplazado podían estar rebotando sobre el
muro que, a unos doce metros, ya dije separa este espacio del
faro. Pero girara en la dirección que lo hiciera, hacia la
calle, hacia el mar, hacia la iglesia, mis palabras sonaban
con ese “eco” fácilmente audible. Y para más sorpresa:
apenas me desplacé un paso del centro de la Rosa, el
efecto dejó de producirse. Volví a la posición inicial y allí
estaba nuevamente, una y otra y otra vez.
Llevaba
conmigo una pequeña grabadora de microcassettes y tomé
algún registro (para descargar el audio, clic
aquí). ¡Ya sé! ¡Ya sé! Ustedes dirán: “Gustavo, ¿por
qué no llevaste una buena grabadora digital?”. Permítanme
recordarles que soy un mero obrero de la Parapsicología y
algunos adminículos comunes a otras fronteras me son un tanto
inaccesibles. Por cierto, es una buena oportunidad para
convocar a la solidaridad de tantos lectores amigos con algo
así:
Espacio
cedido por gentileza de AFR
LLAMADO
A LA SOLIDARIDAD
Para
investigador paranormal tercermundista se solicita la
donación de una (1) grabadora digital en aceptable
estado, destinada a psicofonías y grabaciones
psicofísicas varias. Ya que estamos, agradeceríamos
también la donación de una (1) cámara digital y una (1)
notebook o laptop con mínimas prestaciones (si vamos a
pedir, pidamos bien). Quienes puedan colaborar dirigirse
a: Gustavo
Fernández. No es necesario que sea en
ayunas.
Desde ya, muchas gracias.
|
Bien,
regresemos al punto. Perdí a Mariela y a Jorge que
sucesivamente ocuparan mi lugar: tal como a ellos les ocurrió
conmigo, este fenómeno es perfectamente audible desde
cualquier punto de esta plaza.
En este
peregrinar recorrí otras localidades: Maldonado, donde
de la mano del maestro Richard Karlen y toda la gente
linda de la Asociación Civil Sol dicté conferencias y
talleres, y fui entrevistado por numerosos medios y hasta
dicté una improvisada charla sobre OVNIs en la escuela
primaria Nº 93 de Maldonado, junto a la maestra Directora,
Sra. Ana Mariel Rodríguez; la maestra Secretaria, Mary Isabel
Zort; la maestra de 6º grado, Sandra González (factótum de mi
visita al lugar); la maestra de 4º grado, Liliana Villalba; y
las maestras de 3º grado, Elisabeth Pomar y Magdalena
Echartea. Hay testimonio fotográfico: ¡Nunca en mi vida me vi
tan acosado firmando autógrafos! Fue un ventarrón de aire puro
en mi vida interactuar con esos pequeños, asombrados,
ansiosos, incisivos en sus preguntas como desearían ser muchos
galanes conductores de programas de TV.
Gustavo
Fernández en la Asociación Civil
Sol.
En la escuela
primaria.
Firmando autógrafos. Mejor
que aproveche.
Habrá que ver cuánto tiempo
pasa hasta otro momento como éste...
Gustavo Fernández y
Marcelo Blinder, en Radio Cero, FM 101.5
.
Andrea de Armas con
Gustavo Fernández,
en el programa "Con
Rumbo Desconocido".
Canal 4: “Buen día,
Uruguay”
Richard Karlen, Gustavo
Fernández y Blanca Barreto,
en FM 106.5 Cadena del
Mar.
Maldonado, como la pintoresca e histórica Colonia del
Sacramento (sobre el Río de la Plata, a la altura de
Buenos Aires), como Montevideo, presentan decenas de
lugares tan cargados de vibraciones que auguro excelentes
psicofonías futuras que realizar. Aquí señalo algunos de ellos
desde la experiencia de zorro viejo en estas lides y cierta
intuición que susurra la oportunidad fértil de investigaciones
parapsicológicas a las que aliento a los
locales.
Histórica
puerta de la Ciudad Vieja
Maldonado. Ruinas del
primitivo cuartel de Blandengues en esa ciudad.
Colonia. “Calle de los
Suspiros”.
Colonia. “Calle de las
Flores”.
Colonia. “Calle
Mayor”.
Colonia. Primitivo muro
defensivo de la ciudad.
Colonia. Portón de acceso y
foso defensivo de la primitiva ciudad.
Puerto de Colonia desde el
faro.
Plaza de armas de
Colonia.
Foto tomada desde la
cúspide del arco del portón
colonial.
Y ya que
de Montevideo hablo, quiero detenerme en un punto. Amén de
pasar por varios medios periodísticos (FM Total, en el
programa “Con rumbo desconocido”, conducido por
Andrea de Armas, y en el popularísimo “Buen día,
Uruguay”, por canal 4 TV, entrevistado por
Sandra Da Silva y los buenos oficios y
voluntad de su productor, el señor Rafael Arza) me
detuve un par de horas en el monumento al patriota José
Gervasio Artigas, que se encuentra en la plaza
Independencia, sobre la avenida 18 de Julio. Tras el monumento
ecuestre y entre éste y la remanente puerta de la primitiva
Montevideo —donde comienza la Ciudad Vieja— y en subsuelo, se
encuentra el hipogeo donde, en una urna, descansan eternamente
los restos del prócer. Una penumbrosa sala subterránea donde
la urna es custodiada día y noche por dos blandengues (cuerpo
militar histórico del Uruguay). Al centro se ve, bajando desde
el techo e interrumpida un par de metros por sobre la urna,
una pirámide invertida truncada. Pues bien, arriba, en la
plaza y en la mismísima vertical, otra gran pirámide
truncada. No pude encontrar ninguna justificación, ni
simbólica ni histórica. Dos pirámides truncadas, una
antipirámide de la otra, con su eje pasando por la urna con
los restos mortales...
Monumento a Artigas en la
plaza Independencia de Montevideo.
Acceso al hipogeo donde
reposa el patriota.
La pirámide truncada
exterior.
Aún más:
el propio monumento con Artigas a caballo encierra un enigma.
Según relata el escritor Marciano Durán en “El
Código Blanes” (hiperbólica referencia a “El Código Da
Vinci” y cuyo “trailer” de presentación hiciera Jorge
Guaraglia y que pueden ver aquí) se
narra que un esotérico artista plástico de aquél apellido
habría pintado dicho monumento en un lienzo... cuarenta años
antes de que la estatua fuese planificada y erigida. ¿Simple
premonición clarividente o en ciertos círculos metafísicos
uruguayos ya se diseñaban, con tanta antelación, hitos
referenciales con crípticos mensajes para las generaciones
venideras? Otro capítulo sin final del gran misterio
latinoamericano.
Referencias:
[2] Ver AFR Nº
110: “En busca de portales dimensionales: explorando las
grietas de la Geometría Sagrada”. Para solicitarla por email,
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