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Al Filo de la Realidad

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Asunto: [AFR] Revista Al Filo de la Realidad Nº 172
Fecha: Domingo, 5 de Agosto, 2007  21:38:42 (-0300)
Autor: CAI - Centro de Armonización Integral <afreditor @.....com>

 
 
___________________________________________________________________________
OCULTISMO                                         OVNIs                                      PARAPSICOLOGÍA
 
      Año 8                             Domingo 5 de agosto de 2007                        N° 172            
AL FILO DE LA REALIDAD
"Disiento con lo que dices, estoy en total desacuerdo con ello,
pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo". Voltaire.
 
((( Fundada el 10-5-2000 )))
                                                                                                                      
                                                                                                                      
 
* Desde Paraná (Entre Ríos, Argentina)
para 7495 suscriptores (auditado por eGrupos)
en todo el mundo *
 
 
 
 
En este número de AFR:
 
— OTRA DISCRIMINACIÓN MÁS, Y VAN...
     por Gustavo Fernández
 
— ¡PARE DE SUFRIR! ¡LLAME YA!
     por Gustavo Fernández
 
 

 
AL FILO DE LA REALIDAD ES UNA REVISTA QUINCENAL DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA POR EMAIL QUE INCLUYE LECCIONES DE ESOTERISMO PRÁCTICO.
 
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AL FILO DE LA REALIDAD
El encuentro semanal con lo desconocido.
Conduce: Gustavo Fernández
 
 

 
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OTRA DISCRIMINACIÓN MÁS
Y VAN...
 
 
 
 
 
    ¿Quién de entre nosotros no ha pasado situaciones de este tenor? Tantas veces sobre el cuero curtido de nuestras existencias cae el roce de las espinas en el camino, que uno casi podría ser indiferente. Pero, en ocasiones, se siente borbotear la bronca adolescente de no aceptar injusticias. Y nunca es tarde para despuntar el vicio de la polémica, después de todo.

    ¿Cuál es el asunto, hoy?. Sobre el cierre de mi visita a la República Oriental del Uruguay, se me sugirió contactar a los responsables del afamado Hotel Conrad, de Punta del Este, donde todos los miércoles se realiza algo así como un "té literario". En una oferta promocional —pague U$S 12 y lleve a su amiga— y en el ámbito del salón "Veleros" del exclusivo hotel, distintos escritores tienen ocasión de hablar sobre sus creaciones y disponerlas al alcance del público.
 
    Bien, en ese entonces, nuestra amiga, la prof Mariela Dos Santos, contactó telefónicamente a la señorita Carolina Brause de la citada empresa, proponiéndole la presentación de mi último libro; "OVNIs SOBRE LAS TORRES GEMELAS". La respuesta no solamente fue positiva, sino que también se ofreció provisoriamente una fecha: 10 de octubre. Y hacia allá íbamos. Formal, Mariela envía un mail donde se detalla en profundidad las características del libro y, sorpresivamente, recibe este email:
 
----- Original Message -----
From: Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent: Monday, July 16, 2007 4:16 PM
Subject: RE: CAROLINA BRAUSE ES MARIELA DOS SANTOS
 
Mariela:
Gracias por la presentación.
Antes de confirmar la fecha, quisiera saber el título que plantea el Sr. Fernández,
PORQUE NO ESTARIAMOS PRESENTANDO CHARLAS REFERENTES A OVNIS.
gracias
carolina
 
    Es decir: del "no hay problema" al mejor estilo Alf, al "no hay problema con ningún tema, excepto ovnis".  Mariela vuelve a hablar telefónicamente —ante el desconcertante email— y la Srta. Carolina Brause le aclara muy amablemente que:  El Hotel tiene por norma no hablar de Ovnis, ni de Parapsicología ni nada acerca de "esos temas" (¿?), pero que se proponga otro título para esa charla, porque así presentado no sería viable...
 
    Tengo algunas preguntas: ¿qué problema tiene el Conrad con los ovnis? ¿Cuál es, quién redactó, dónde figura específicamente esa norma? Vinculado al urticante tema del WTC, ¿será un dato menor que el Conrad responda a capitales norteamericanos? ¿Acaso esto no es discriminación? Porque no se trata aquí de rechazar al disertante por sus antecedentes o la falta de ellos, sino, de la noche a la mañana, las señoras de desahogada posición económica que consumen en el Conrad no pueden/deben escuchar sobre naves extraterrestres y esas lindezas.
 
    Mariela y otra amiga, Gloria Libertad, me convencen de modificar el temario, apuntando a algo más a mano con la cotidianeidad de los intereses de ese infuso público y que forme parte de mis actividades cotidianas. Así que escribe:

-----Mensaje original-----
De: Mariela Dos Santos
Enviado el: jueves, 19 de julio de 2007 13:35
Para: Carolina Brause
Asunto: TEMÁTICA DE CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
Estimada Carolina Brause,
Estuve hablando con Gustavo Fernández, sobre la temática de su charla, -luego de su gira en Argentina, aunque ahora está en otro Congreso-, y propuso este título:
"ADP, AUTODEFENSA PSÍQUICA COMO AUTOAYUDA EN LA VIDA COTIDIANA"
Te agradecería que se siga pudiendo mantener la fecha hablada del 10 de octubre del corriente,
cordialmente,
Prof.Mariela Dos Santos
 
    Con una velocidad digna de mejores causas, la amable Carolina responde:

----- Original Message -----
From: Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent: Thursday, July 19, 2007 2:40 PM
Subject: RE: TEMÁTICA DE CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
 
estimada Sra. Dos Santos:

Voy a sondear con nuestro público - objetivo, el interés por una charla del sr. Gustavo Fernández, antes de confirmar o no, el 10 de octubre.
Nosotros tenemos un grupo de opinión, un pequeño grupo que nos va orientando hacia lo que es su interés, o expectativa en cuanto a oradores de veleros, siendo que, como dicen, el cliente siempre tiene razón, y les damos una idea de temas y oradores, para que nos den su opinión.
Luego de esta pesquisa, estaría contestando su mail.
Gracias,
Carolina
 
    Es decir, la progresión ahora toma este nuevo rumbo: De "no hay problema, la fecha es el 10 de octubre" a "siempre que no sean ovnis, hablemos de otra cosa y mantenemos la fecha", a "tenemos que consultar con el 'público-objetivo' " (¿?).
    Nuestra amiga, muy educada, acusa recibo:
 
----- Original Message -----
From: Mariela Dos Santos
To: Carolina Brause
Sent: Thursday, July 19, 2007 4:59 PM
Subject: Re: TEMÁTICA DE CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
 
Gracias Carolina,
quedo a la espera de opinión,
desde ya muchas gracias,
Mariela Dos Santos.-
 
    Y cinco días después, la respuesta:
 
----- Original Message -----
From: Carolina Brause
To: Mariela Dos Santos
Sent: Tuesday, July 24, 2007 11:42 AM
Subject: RE: TEMÁTICA DE CHARLAS, MARIELA DOS SANTOS.-
 
Estimada Sra. Dos Santos.
Hemos recibido respuesta a nuestra pesquisa con una muestra de nuestro público-objetivo, y nos orientaron su interés y expectativa hacia temas más estéticos, por decir de alguna manera. En este sentido, estaremos convocando cosmetólogas, cuidado de la piel, maquillaje, drenaje, etc., para responder a la inquietud de nuestro público.
El tema es que el espacio VELEROS es un salón de té en el que se presenta una charla casual, no es un debate ni disertación, por eso tenemos que prestar especial cuidado hacia donde nos orienta nuestro público.
Fue con este criterio que desestimamos este año la música clásica de los jueves, en favor de bingo (a pedido de ellos).
En este sentido, es que no tendríamos en el espacio  Veleros, una charla del Dr. Fernández.
Gracias por su atención y quedamos en contacto.
Saludos,
Carolina Brause
 
    En otra bizarra vuelta de tuerca la idea que en un primer momento parecía tan aceptable queda constreñida a un frívolo debate sobre afeites, cremas y lociones varias. Manejo unos cuantos temas pero, qué quieren que les diga, éste no es uno de ellos.
    Nuestro Administrador, "Quique" Marzo, acercó una obviedad: ¿Por qué no salen a la calle y le preguntan a cualquiera si los temas paranormales no resultarían de interés? Y yo acoto: ¿será porque la "gente de la calle" no toma té en el Conrad? Y, lo que es más importante: ¿por qué ese golpe de timón, aun más, dos veces?
 
    Ya sé: es su lugar y pueden hacer lo que les plazca. Pero la censura es censura, así sea en un espacio público o en la intimidad de un hogar. Sobre todo cuando se habla de un interesante tema que fue —y es— leyenda clásica en Uruguay, el tema de una "supuesta muchacha" que se le aparece a un tal Julio, un evento paranormal (pues la muchacha está muerta) y... ¡el Conrad acompañó la presentación de este libro con contenido paranormal! el 13 de diciembre de 2006.

    ¿Cómo, no era que el Conrad no aceptaba contenidos vinculados a Ovnis ni Parapsicología? Me queda claro: esta protesta le hará menos al Conrad que el roce del pétalo de una rosa. Así que comenzaré a practicar con una honda...
 
 

 

¿Qué le hace una mancha más al tigre?

¡PARE DE SUFRIR! ¡LLAME YA!

 

 

    Si como muestra basta un botón... esto es palmario. En distintos países latinoamericanos muy especialmente en Argentina sufrimos desde hace un tiempito la invasión de un grupo neo pentecostal de origen brasileño conocido como Iglesia Universal del Reino de Dios (también, “Iglesia Universal del Señor”). Ha copado espacios masivos en la TV de trasnoche, adquirido radios y salas de cine abandonadas en distintas ciudades del interior, augurando sombrías nubes cuando la cultura cede su lugar al fanatismo seudo religioso. Porque si bien nadie estará en contra de la mayor libertad de cultos, observar a bien vestidos “obispos” que en portuñol básico nos invitan a cubrirnos “con el manto de la piedad” (y no es una metáfora: ¡tendrían que ver ustedes a unos doscientos ingenuos tapados con una gran tela roja! No quiero insinuar las bromas procaces que se me sugirieron al respecto), adquirir el “óleo santo de Jerusalén”, o “el agua bendita del río Jordán”, ciertamente, supera el límite de la vergüenza. Así que esto que voy a mostrar no presupone ningún descubrimiento ultraterreno. Pero es cosa de no creer, vea.

 

    Barrio de Almagro. Buenos Aires. Allí está y es parte del marketing publicitario de esta “Iglesia” su gran cede central. Con aires de Partenón, majestuosa, símbolo preclaro de la opulencia que supieron conseguir. Pasaba por ahí y, siempre con mi cámara a cuestas, tomé una fotografía. Porque sí, nomás. Me llamó la atención un gran edificio, reluciente en sus vidrios negros, espejados, de unos tres pisos de altura, con sólido mármol revistiendo su frente a nivel de la calle. Un kioskero me miraba curioso, así que le pregunté sobre ese edificio mezcla de oficina de multinacional y central de inteligencia. Casi con aire de secretismo, me respondió: “Ah, ahí es donde tienen sus oficinas y sus computadoras, los pastores de esa Iglesia”. Qué duda cabe que la computadora es ícono yuppie de poder cuando un maduro hombre de golosinas y cigarrillos la pone al mismo estatus que toda una oficina...

 

    Y seguí caminando unas cuadras hacia el centro de la ciudad. Al llegar a la esquina, mientras reflexionaba sobre el crecimiento económico de este grupo, me volví para verlo una vez más. Y quedé de una pieza.

 

    A ver cómo andan de la vista. La primera foto es de la iglesia, su frente y, a la izquierda, el “edificio de oficinas”, recoleto ashram financiero dicen, de los popes de la secta donde sólo acceden, claro, los que están más cerca del Señor.

 
Fíjense bien aunque no lo crean: el “edificio de oficinas”... ¡es sólo un decorado al estilo de los pueblos de las películas del Far West!
 
 
 
    Más aún...¡el frontispicio de la iglesia es falso, ya que en realidad el salón tiene sólo la mitad de altura, sobre el cual se continuó hacia arriba la construcción de una imponente falsa fachada! Es decir, cualquier cosa con tal de impresionar giles.
 
 
Cosas veredes, Sancho...
 
 

 
 

Revolviendo la biblioteca

¿HOMBRE DE NEGRO O VAMPIRO

EN EL URITORCO?

 

 

 

 

 

 

Extracto del libro: “Hechos y relatos fantásticos de Capilla del Monte”, capítulo: “El extraño incendiario”, por Mario Gustavo Guevara. Del Prete Editor, 2004.

 

 

(Agradecemos a Mariela Di Tomaso y Miguel Ángel Gómez Pombo, del grupo "Proyecto Catent" de Capilla del Monte, la cesión de este material)

Introducción necesaria: Este es el relato, sencillo pero vivencial, de un bombero de la zona. Ilustra el “otro lado” de la fenomenología de Capilla del Monte. Ustedes opinarán.

 

 

    Esto ocurrió en el año 1989 y es una recopilación de los datos que recogí de mis compañeros. Corría el mes de septiembre y me encontraba de guardia en la Central de Bomberos, a la cual pertenecía, cuando recibo la comunicación de los Bomberos de Cruz del Eje, informándonos que un voraz incendio que habían estado combatiendo los había superado, ingresando en jurisdicción de Capilla del Monte. Solicitaban que implementáramos las medidas necesarias para combatirlo.

 

    El incendio tenía un frente de unos 6 kilómetros y avanzando en sentido norte-sur, empujado por vientos del sector norte, con ráfagas de 30 a 40 Km por hora, amenazando el casco de una estancia, lugar donde sucederían los hechos más extraños de mi carrera como bombero.

 

    Se dirigieron al lugar dos dotaciones de esta Central, quienes solicitaron apoyo inmediato, por lo que se convocó personal de otras localidades, recibiendo también el apoyo del Ejército Argentino que aportó dos helicópteros Bel 212 H1H y varios Unimog para el transporte del personal de la “Brigada Naranja”.

 

    Una vez transportado todo el personal y emplazada la “base operativa” en el casco de la estancia, se comenzó con las tareas de extinción de manera coordinada, lográndose rápidamente el objetivo fijado.

 

    A media mañana, luego de sofocada una parte del incendio, se comenzaron a producir nuevos focos, en la zona que ya había sido extinguida, demorando el trabajo del personal combatiente y obligándolo a separarse en grupos. Es justamente uno de estos grupos, en el cual se encontraban varios de mis compañeros, el que tomó contacto visual con un sujeto, vestido íntegramente de negro y de elevada estatura, que provocaba los reinicios de manera intencional.

 

    Al ver esto, el jefe de dotación destacó a tres bravos para localizar y detener al incendiario, mientras el resto continuaba combatiendo el fuego.

 

    Cuando el grupo principal se encontraba a unos doscientos metros, los tres bravos divisaron al sujeto a unos cincuenta metros de su posición. Eran los bomberos más fornidos del grupo, despojados de su equipo de combate y armados con machetes de monte, los que se dirigieron hacia el sujeto dispuestos a cumplir con la orden impartida, sin imaginar el giro que iban a tomar los acontecimientos.

 

    Cuando se encontraban a escasos metros de lo que a simple vista parecía una persona vestida de negro, con una especie de capa y un sombrero de ala ancha del mismo color, fueron detectados por este personaje que inició una veloz carrera a través del monte, dándose a la fuga en dirección del promontorio cercano que daba hacia un arroyo. Los tres bravos lanzados en franca persecución, se vieron superados en velocidad y agilidad, que, dicho por ellos mismos, no eran normales.[1]

 

    La persecución continuó hasta el promontorio, al cual llegó primero el sujeto que, dando un prodigioso salto al vacío, se perdió de vista de sus perseguidores, quienes al llegar al lugar, se encontraron con una caída vertical de unos ochenta metros, y divisaron la silueta del sujeto corriendo a toda velocidad por el curso del arroyo hasta desaparecer en el interior de una cueva, que había en una de sus riberas.

 

    Atónitos por la demostración de agilidad y sin poder entender cómo había sobrevivido a la caída, el pequeño grupo regresó a reunirse con el resto, e informar a sus superiores lo ocurrido. Una vez informados éstos, se comunicaron al campamento solicitando la presencia del personal militar para garantizar la seguridad de los combatientes. Las tareas de extinción continuaron normalmente y no se volvió a advertir la presencia del extraño incendiario en el resto del día. Con las primeras sombras de la noche, se abandonaron las tareas y se produjo el reagrupamiento en la “base operativa”, para cenar y descansar para el día siguiente. Por supuesto, el comentario obligado fue el incendiario y esto motivó, por parte de los superiores, dotar a cada grupo de una escolta armada.

 

    Luego de la cena —un suculento guiso de arroz— el personal de esta Central se reunió con el encargado, un señor de avanzada edad pero dotado de una vitalidad envidiable, que los recibió amablemente y les ofreció un vino de la casa. Luego de un rato de charla, surgió el comentario del sujeto y el encargado les dijo en un tono muy serio: hay que tener cuidado con ciertas cosas. Mis compañeros se interesaron y pidieron conocer todo lo que aquél hombre supiera sobre el asunto; el encargado asintió, tomó aire, apuró un trago de vino y comenzó su relato:

“Esto sucedió dos o tres años atrás, cuando empezaron a aparecer las vacas muertas en el campo, las vacas parecían estar desangradas, sin otra herida que un pequeño tajo en el cogote. Un día, mientras recorría el terreno buscando a los animales, tomé por una huella que conducía al otro lado de la quebrada por el filo de una loma, pero al llegar a la cima el caballo se puso nervioso, negándose a seguir avanzando. Los perros que me acompañaban empezaron a gemir lastimosamente y a retroceder, como si del otro lado hubiera algo con lo que ellos no querían encontrarse. Me bajé del caballo, tomé la escopeta de dos caños y subí por el sendero, del otro lado me encontré con un cuadro inimaginable: una vaca se encontraba tirada en el suelo pataleando y encima de ella, un tipo vestido de negro, agazapado sobre el cuello. Pensé que se trataba de un cuatrero común, le pegué un grito, en ese momento el sujeto se enderezó y se dio vuelta”. Otra pausa en el relato, otro sorbo de vino, y la cara del encargado cambió de expresión.

 

“Se lo juro, m’hijo, nunca en mi vida había visto algo así, no se puede describir la cara del tipo, un color oscuro, unos ojos amarillo brillantes y unos dientes afilados en una mueca horrible. Dio un paso hacia donde yo estaba y a lo único que atiné fue a apuntarle con la escopeta, lo cual no lo detuvo y continuó avanzando, así que disparé.

 

El tiro hubiera bastado para voltear a un toro, pero al tipo sólo lo hizo trastabillar por lo que le volví a disparar y esta vez sí, cayó al suelo, de espaldas, sin un quejido.

 

Una vez recompuesto de la impresión empecé a pensar qué hacer con el cuerpo, llevarlo al pueblo no podía porque el caballo se negaba a cargarlo, dejarlo ahí tirado e ir a avisar a la policía tampoco, porque tenía miedo que algún animal salvaje se lo llevara y me tomaran por loco, así que decidí atarlo y arrastrarlo hasta una cueva al lado de un arroyo.

 

Una vez en el lugar, lo enterré dentro de una cueva y tapié la entrada con piedras, prometiéndome no contarlo a nadie, nunca. Hasta hoy, que los escuché a ustedes y decidí romperle silencio para que se anden con cuidado y no provoquen lo que no debe ser provocado”.

 

Lo último que voy a contarles y ustedes decidirán qué hacer es que hace unos meses encontré otra vaca muerta como las de antes, entonces me fui a la cueva y la encontré abierta, con las piedras volteadas de adentro hacia fuera y la tumba vacía sin tierra, sólo el hueco que yo había hecho”.

 

    Un estremecimiento recorrió a los que escuchaban el relato: ¿qué misterio rodeaba y encerraba aquél lugar escondido entre las sierras? El resto de la noche transcurrió en una tensa vigilia, aumentada por los sonidos de la naturaleza y el pensamiento alocado de mis compañeros que les hacía ver y escuchar cosas irreales, impidiéndoles conciliar el sueño.

 

    Con la llegada del nuevo día retornó la tranquilidad, incierta, por lo que podía suceder.

 

    Se armaron los grupos para terminar el incendio y partieron todos, con cierto nerviosismo, acompañados por las escoltas militares, que al ser muchachos jóvenes, se encontraban en las mismas condiciones que el resto.

 

    Los helicópteros sobrevolaban la zona transportando personal a los puntos más distantes y realizando una vigilancia aérea para informar cualquier novedad.

 

    Como en el día anterior a media mañana, nuevamente hizo su aparición el extraño personaje, con la diferencia de que esta vez, todos los grupos tenían contactos, inclusive los helicópteros lo veían, sin poder seguir su desplazamiento, ya que se les perdía de vista en las frondosas quebradas.

 

    Mientras tanto los grupos lo veían, algunos a la distancia, observándolos, y otros eran sorprendidos por un paso raudo y a gran velocidad, entre sus filas, sin dar en ningún momento oportunidad de actuar a las custodias armadas, desapareciendo siempre en dirección al arroyo.

 

    Los bomberos que podían verlo de cerca, se encontraban en un estado de nerviosismo tal que la mayoría se descompuso, debiendo ser relevados de sus puestos y evacuados de la zona, otros simularon accidentes, deshidratación y otras excusas para ser evacuados. Los contactos seguían produciéndose sin interrupciones y el desconcierto era general, pero en ningún momento el personal sufrió agresiones de parte del extraño sujeto.

 

    No había ni hay explicación de las apariciones simultáneas y en distintos puntos y a gran distancia unas de otras.

 

    Promediando la tarde y a pesar de todos los inconvenientes, el incendio quedó extinguido, realizándose una breve guardia de cenizas sin registrar ni la presencia del sujeto, ni de nuevos focos de incendio. Cuando atardecía, todo el personal se retiró de la zona y mientras las columnas de móviles se alejaban del casco de la estancia pudieron ver en la cima de una loma, recortada contra el ocaso, la figura de negro observando cómo se retiraban de sus dominios.

 

    Ha pasado mucho tiempo y hemos tenido que volver al lugar un par de veces a causa de los incendios, pero gracias a Dios, los sucesos que relaté nunca volvieron a repetirse y tampoco quisimos investigar, no preguntándole al encargado (que sigue siendo el mismo y se conserva igual, como si para él el tiempo no pasara) ni mucho menos llegándonos a la cueva, porque, como dijo el encargado: “no hay que provocar lo que no debe ser provocado”.

 


[1] Lo que nos evoca a “Springle Jack” (“Jack El Saltarín”), el extraño personaje que asolara el Londres de fines del siglo XIX.

 
 

 
 

Piezas de un rompecabezas esotérico

URUGUAY METAFÍSICO

    En un artículo anterior[1], centré mi atención en una mística ciudad uruguaya: Piriápolis. Pero las sorpresas trascendentes aparecen casi a cada paso en ese territorio.

 

    Ya les había hablado del rugido. Mío, claro, cuando arrodillado frente al altar de la iglesia de La Candelaria (y no orando, precisamente) descubrí la famosa desviación de 52º de mi brújula. Allí estaba, como en cualquier centro a la par energético y esotérico (o forzosamente por eso) que se precie de tal. Uno más de los enigmas de este templo católico, relativamente reciente pero de arcanos secretos, ubicado en el extremo más oriental de la paradisíaca meca balnearia de buena parte del jet set internacional: Punta del Este.

 

 

El autor en Punta del Este, al fondo a la izquierda. A la derecha, Isla Gorriti.

Otra de las curiosidades de Punta del Este.

En este solar residió durante un año, en condiciones casi inhumanas,

Guillermo Marconi, por los extraños fenómenos electromagnéticos que se dice registraba el lugar.

 

 

 

Iglesia de La Candelaria.

 
    Mi amigo, el documentalista Jorge Guaraglia, superó educadamente el sobresalto que le produje y continuó con su contemplación arrobada del lugar: simple, casi franciscano (el lugar, no Jorge), exudaba empero más misticismo que otros sitios de culto, pletóricos de riquezas y siglos. Desde el frontispicio, la cruz celta (que es el único tipo de cruz presente por todas partes en esta iglesia) reverberaba en la penumbra bajo los rayos de un sol que, afuera, parecía encender la límpida atmósfera marina. Estábamos relevando otro de los varios enclaves esotéricos de este país, y aquí habría de encontrar uno de los enigmas paranormales (o, más bien, “parafísicos”) más intrigantes.
 
 
 
La cruz celta del frontispicio de la iglesia.

 

 

    Recorran conmigo el lugar. Como en Piriápolis, el ocho es omnipresente. Todas las pilas de agua bendita, las de pie y las adosadas a los muros, tienen ocho lados. En el suelo, cerca del acceso principal, dos cuadrados entrelazados (4 + 4). Tras el altar, ocho ángeles (seis formados de tres en tres y dos más que asoman tras la cruz). Luego, según dicen (no estuve allí para comprobarlo) cada equinoccio de primavera el sol penetra por la cruz celta sobre la entrada e impacta en otro rosetón simbólico en el piso, cerca del altar. Es en este lugar donde el especialista Julio C. Stelardo recomendaba trabajar la transmutación espiritual, de pie, realizando un cuenco (grial) con las manos, visualizando en él la confluencia de energías desde lo Alto y desde dentro de uno mismo.

 
 
Pila de agua bendita octogonal, de pared.

 

Pila de agua bendita octogonal de pie.

 

 

 

Rosetón de cuadrados entrelazados.

 

 

 

Rosetón frente al altar.

Obsérvese que evoca una Rosa de los Vientos, en clara consonancia

simbólica con aquella a la intemperie a la que nos referiremos después.

 

En el frontispicio la cruz celta.

Bajo él, el rosetón frente al altar. Lugar de elevación.

    Y en este punto otro dato de suma importancia: la orientación aproximada de la iglesia mirando hacia el altar es en dirección Este. Bien, pero, ¿qué tan aproximada? La brújula lo revela: con una desviación de 52º [2]. No quiero plagiarme a mí mismo, de modo que los invito a repasar ese artículo para comprender la importancia trascendente de este detalle.

 

La desviación de la brújula.

    Pero los misterios continúan fuera de la iglesia. Frente a ésta se encuentra el tradicional faro de la península. Y junto al mismo, apenas separada por un muro, una plazoleta. Esta plaza tiene doce palmeras que inscriben un dodecágono, siendo la configuración general de aquella otra cruz celta. A tal punto es así, que los dos senderos enladrillados perpendiculares no sólo cuentan con otro, trazado en forma circular, sino que los desconocidos maso... perdón, albañiles, cuidaron de colocar unos listones que acentúan la continuidad del círculo no interrumpido por la intersección de aquellos senderos.

 

    Y en el centro, una rosa de los vientos. Perfectamente orientada, como era de esperar. Bien, si tomamos su dirección cardinal desde el portón de La Candelaria, dicha Rosa se encuentra... a 52 grados.

 

 

La Rosa de los Vientos.

 

 

 

La Candelaria desde la Rosa de los Vientos.

 

 

 

Detalle del límite del círculo de la plazoleta.

 

 

 

Gustavo Fernández, tomando la deriva cardinal

desde el portón de La Candelaria.

    ¿Creyeron que esto era todo?. No se vayan, que ya viene lo mejor.

 

    Al prospeccionar con mi péndulo, tres de los cuadrantes de la rosa lo hacen reaccionar en sentido dextrógiro y uno, levógiro. Ese cuadrante es el que mira hacia La Candelaria.

 

    Al colocar mi brújula sobre la circunferencia de material que orla la Rosa, la aguja se desvía un poco. “Lógico” —pensé— “son las varillas de hierro que sostienen el concreto”. Luego, al apoyar el instrumento directamente sobre la tierra de los cuadrantes (donde hay césped y en uno de ellos una tupida planta) se desvió aún más. “¿Habrá gran cantidad de metal enterrado?” —me pregunté. Pero al colocar la brújula en el centro exacto de la Rosa, donde la desviación debería haber sido la más pronunciada de todas por la cantidad de varillas de hierro requeridas para dar forma a su relieve inclinado, la aguja se alineó perfectamente con el Norte.

 

    Y entonces vino lo mejor.

 

    Por indicación de mi amigo (que ya conocía el fenómeno) me puse de pie en el centro exacto de la Rosa y comencé a hablar en voz alta. El eco de mi propia voz me respondió... al absoluto aire libre. O, más bien, un efecto “cámara”. Asombrado, supuse que las ondas de aire desplazado podían estar rebotando sobre el muro que, a unos doce metros, ya dije separa este espacio del faro. Pero girara en la dirección que lo hiciera, hacia la calle, hacia el mar, hacia la iglesia, mis palabras sonaban con ese “eco” fácilmente audible. Y para más sorpresa: apenas me desplacé un paso del centro de la Rosa, el efecto dejó de producirse. Volví a la posición inicial y allí estaba nuevamente, una y otra y otra vez.

 

    Llevaba conmigo una pequeña grabadora de microcassettes y tomé algún registro (para descargar el audio, clic aquí). ¡Ya sé! ¡Ya sé! Ustedes dirán: “Gustavo, ¿por qué no llevaste una buena grabadora digital?”. Permítanme recordarles que soy un mero obrero de la Parapsicología y algunos adminículos comunes a otras fronteras me son un tanto inaccesibles. Por cierto, es una buena oportunidad para convocar a la solidaridad de tantos lectores amigos con algo así:

Espacio cedido por gentileza de AFR

LLAMADO A LA SOLIDARIDAD

    Para investigador paranormal tercermundista se solicita la donación de una (1) grabadora digital en aceptable estado, destinada a psicofonías y grabaciones psicofísicas varias. Ya que estamos, agradeceríamos también la donación de una (1) cámara digital y una (1) notebook o laptop con mínimas prestaciones (si vamos a pedir, pidamos bien). Quienes puedan colaborar dirigirse a: Gustavo Fernández. No es necesario que sea en ayunas.

 

    Desde ya, muchas gracias.

    Bien, regresemos al punto. Perdí a Mariela y a Jorge que sucesivamente ocuparan mi lugar: tal como a ellos les ocurrió conmigo, este fenómeno es perfectamente audible desde cualquier punto de esta plaza.

 

    En este peregrinar recorrí otras localidades: Maldonado, donde de la mano del maestro Richard Karlen y toda la gente linda de la Asociación Civil Sol dicté conferencias y talleres, y fui entrevistado por numerosos medios y hasta dicté una improvisada charla sobre OVNIs en la escuela primaria Nº 93 de Maldonado, junto a la maestra Directora, Sra. Ana Mariel Rodríguez; la maestra Secretaria, Mary Isabel Zort; la maestra de 6º grado, Sandra González (factótum de mi visita al lugar); la maestra de 4º grado, Liliana Villalba; y las maestras de 3º grado, Elisabeth Pomar y Magdalena Echartea. Hay testimonio fotográfico: ¡Nunca en mi vida me vi tan acosado firmando autógrafos! Fue un ventarrón de aire puro en mi vida interactuar con esos pequeños, asombrados, ansiosos, incisivos en sus preguntas como desearían ser muchos galanes conductores de programas de TV.

 

Gustavo Fernández en la Asociación Civil Sol.

 

 

 

En la escuela primaria.

 

 

 

Firmando autógrafos. Mejor que aproveche.

Habrá que ver cuánto tiempo pasa hasta otro momento como éste...

 

Gustavo Fernández y Marcelo Blinder, en Radio Cero, FM 101.5 .

 

 

 

Andrea de Armas con Gustavo Fernández,

en el programa "Con Rumbo Desconocido".

 

 

 

Canal 4: “Buen día, Uruguay”

 

 

 

Richard Karlen, Gustavo Fernández y Blanca Barreto,

en FM 106.5 Cadena del Mar.

    Maldonado, como la pintoresca e histórica Colonia del Sacramento (sobre el Río de la Plata, a la altura de Buenos Aires), como Montevideo, presentan decenas de lugares tan cargados de vibraciones que auguro excelentes psicofonías futuras que realizar. Aquí señalo algunos de ellos desde la experiencia de zorro viejo en estas lides y cierta intuición que susurra la oportunidad fértil de investigaciones parapsicológicas a las que aliento a los locales.

 

Histórica puerta de la Ciudad Vieja

 

 

 

Maldonado. Ruinas del primitivo cuartel de Blandengues en esa ciudad.

 

 

 

Colonia. “Calle de los Suspiros”.

 

Colonia. “Calle de las Flores”.

 

 

 

Colonia. “Calle Mayor”.

 

 

 

Colonia. Primitivo muro defensivo de la ciudad.

 

 

 

Colonia. Portón de acceso y foso defensivo de la primitiva ciudad.

 

 

 

Puerto de Colonia desde el faro.

 

 

 

Plaza de armas de Colonia.

Foto tomada desde la cúspide del arco del portón colonial.

    Y ya que de Montevideo hablo, quiero detenerme en un punto. Amén de pasar por varios medios periodísticos (FM Total, en el programa “Con rumbo desconocido”, conducido por Andrea de Armas, y en el popularísimo “Buen día, Uruguay”, por canal 4 TV, entrevistado por Sandra Da Silva y los buenos oficios y voluntad de su productor, el señor Rafael Arza) me detuve un par de horas en el monumento al patriota José Gervasio Artigas, que se encuentra en la plaza Independencia, sobre la avenida 18 de Julio. Tras el monumento ecuestre y entre éste y la remanente puerta de la primitiva Montevideo —donde comienza la Ciudad Vieja— y en subsuelo, se encuentra el hipogeo donde, en una urna, descansan eternamente los restos del prócer. Una penumbrosa sala subterránea donde la urna es custodiada día y noche por dos blandengues (cuerpo militar histórico del Uruguay). Al centro se ve, bajando desde el techo e interrumpida un par de metros por sobre la urna, una pirámide invertida truncada. Pues bien, arriba, en la plaza y en la mismísima vertical, otra gran pirámide truncada. No pude encontrar ninguna justificación, ni simbólica ni histórica. Dos pirámides truncadas, una antipirámide de la otra, con su eje pasando por la urna con los restos mortales...

 

Monumento a Artigas en la plaza Independencia de Montevideo.

 

 

 

Acceso al hipogeo donde reposa el patriota.

 

 

La pirámide truncada exterior.

    Aún más: el propio monumento con Artigas a caballo encierra un enigma. Según relata el escritor Marciano Durán en “El Código Blanes” (hiperbólica referencia a “El Código Da Vinci” y cuyo “trailer” de presentación hiciera Jorge Guaraglia y que pueden ver aquí) se narra que un esotérico artista plástico de aquél apellido habría pintado dicho monumento en un lienzo... cuarenta años antes de que la estatua fuese planificada y erigida. ¿Simple premonición clarividente o en ciertos círculos metafísicos uruguayos ya se diseñaban, con tanta antelación, hitos referenciales con crípticos mensajes para las generaciones venideras? Otro capítulo sin final del gran misterio latinoamericano.

 

 
 
Referencias:
[1] Ver AFR Nº 171: Para accederla en la web, ir al archivo. Para solicitarla por email, clic y enviar.
[2] Ver AFR Nº 110: “En busca de portales dimensionales: explorando las grietas de la Geometría Sagrada”. Para solicitarla por email, clic y enviar.
 
 

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